Alimentos funcionales: más allá de la nutrición
Los alimentos funcionales van más allá de la nutrición básica, proporcionando beneficios adicionales para la salud. Estos incluyen productos lácteos fermentados como el yogur y el kéfir, vegetales encurtidos, y bebidas fermentadas como la kombucha. Estos alimentos, aparte de sus valores nutricionales intrínsecos, contienen componentes activos que favorecen funciones corporales específicas, pueden prevenir enfermedades o promover un estado de salud óptimo. Una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya alimentos funcionales, se considera una de las mejores maneras de seguir una "alimentación funcional". Esto no solo satisface las necesidades básicas del organismo, sino que también contribuye a su bienestar y prevención de enfermedades. Algunos ejemplos de alimentos funcionales son vegetales como el brócoli y los espárragos, frutas, y granos enteros, que son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes. La introducción de estos alimentos en la dieta cotidiana puede ofrecer beneficios que van desde la mejora de la digestión y la salud intestinal hasta la potenciación del sistema inmunitario.