Control de impulsos e impulsividad
El control de impulsos se refiere a nuestra capacidad para resistir o aplazar una respuesta inmediata a un estímulo, permitiéndonos actuar de manera reflexiva y no impulsiva. Se vincula estrechamente con la autorregulación, un componente clave de la inteligencia emocional.
La impulsividad, por otro lado, es un comportamiento precipitado y sin reflexión, guiado por emociones o deseos sin considerar las consecuencias. Un alto grado de impulsividad puede conducir a problemas en distintas áreas de la vida, incluyendo relaciones personales y rendimiento en el trabajo o en la escuela.
Aprender a controlar nuestros impulsos puede ser un desafío, pero es crucial para el desarrollo personal y profesional. Prácticas como la meditación y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a mejorar nuestra habilidad para manejar la impulsividad y fortalecer nuestro control de impulsos. ¿Queréis saber más? En el webinar os lo explicamos.